La narrativa de Monster Hunter a menudo se pasa por alto, considerada simplista. ¿Pero es realmente tan sencillo? Esta inmersión profunda explora los temas y narraciones subyacentes entretejidos en la serie.
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La serie Monster Hunter no es conocida principalmente por su historia. Muchos lo consideran secundario al juego, una estructura basada en la misión donde las elecciones del jugador dictan en gran medida el flujo narrativo. Pero debajo de la superficie de las cazas de monedas, moda y deporte, se desarrolla una narración más profunda. Vamos a profundizar en la serie principal para descubrir sus complejidades.
La mayoría de los juegos de cazadores de monstruos comparten una estructura común: un cazador incipiente acepta misiones, ascendiendo gradualmente las filas para convertirse en el mejor cazador de la aldea. Los rangos superiores desbloquean monstruos progresivamente desafiantes, que culminan en un enfrentamiento final con el mejor jefe del juego (por ejemplo, Fatalis en Monster Hunter 1). Esta progresión forma el bucle de juego central. Si bien las entradas más nuevas incorporan historias más sustanciales, esta estructura fundamental sigue siendo consistente.
La serie frecuentemente retrata al cazador como una fuerza que mantiene el equilibrio ecológico. Monster Hunter 4 (MH4), por ejemplo, presenta el Gore Magala y su virus frenesí, una enfermedad que altera dramáticamente el comportamiento de los monstruos. El papel del cazador está claramente definido: eliminar la amenaza de restaurar el equilibrio.
Sin embargo, Monster Hunter: World y Iceborne presentan una perspectiva más matizada. La narración revela que, si bien la humanidad tiene la responsabilidad del equilibrio ecológico, comprender los trabajos intrincados de la naturaleza es un proceso de aprendizaje continuo.
El final de Iceborne destaca a Nergigante como una fuerza natural del equilibrio, desafiando el dominio percibido del cazador. Aunque aparentemente decepcionado a primera vista, esta representación refuerza el tema del equilibrio ecológico del juego. El juego base retrata al cazador como una "estrella de zafiro", una luz guía, que hace referencia a la "historia de los cinco" en el juego. Esto sugiere que la Comisión de Investigación acepta su papel como Guardián de la Naturaleza, con el cazador como su guía.
El final de Iceborne contrasta esto, enfatizando la comprensión limitada de la humanidad de los mecanismos autorreguladores de la naturaleza. Esta yuxtaposición muestra la resiliencia de la naturaleza, incluso sin intervención humana. Si bien es interpretativa, esta profundidad temática trasciende la simple premisa de "caza de monstruos". Pero, ¿qué pasa con la perspectiva de los monstruos sobre el cazador?
La historia Gore Magala de MH4 refleja la experiencia del jugador. Derrotando al Gore Magala solo para enfrentar su forma evolucionada, el Shagaru Magala, refleja las actualizaciones de equipos del cazador y los repetidos desafíos. Esto sugiere que los monstruos también aprenden y se adaptan de los encuentros con cazadores.
Ahtal-ka, el último Super Boss de Monster Hunter Generations Ultimate , ejemplifica esto. Este insecto colosal utiliza armamento parecido a un cazador y construye una fortaleza caminadora, reflejando el ingenio del cazador. Su estilo de lucha único, incluso presagia los movimientos de Silkbind de Silkbind de Monster Hunter . La existencia de Ahtal-Ka desafía la narrativa, que muestra la capacidad adaptativa de la naturaleza en respuesta a la influencia humana.
En última instancia, Monster Hunter se trata del viaje personal de crecimiento del jugador y la superación de desafíos. La estructura narrativa del juego, aunque sutil, involucra profundamente a los jugadores. El encuentro inicial con el Tigrex en Monster Hunter Freedom 2 , por ejemplo, sirve como una poderosa apertura, estableciendo un objetivo claro y una sensación de vulnerabilidad.
Los encuentros posteriores con el mismo monstruo destacan el progreso del cazador. Estos momentos aparentemente simples crean una narración personal, enfatizando el crecimiento y el triunfo del jugador sobre la adversidad. Esto resuena profundamente con los jugadores, creando recuerdos duraderos.
Si bien las entregas más nuevas presentan historias más explícitas, la experiencia central sigue arraigada en el viaje personal del jugador. Esta combinación de jugabilidad y narrativa emergente es un componente clave del atractivo duradero de la serie. La narrativa de Monster Hunter puede no ser abiertamente convincente, pero efectivamente empodera la experiencia del jugador, creando una historia memorable y personal.